La (SPECT, siglas en inglés), una prueba nuclear de obtención de imágenes que implica flujo sanguíneo a tejidos, se usa para evaluar ciertas funciones cerebrales. La prueba puede indicarse como seguimiento de una IRM para diagnosticar tumores, infecciones, enfermedad espinal degenerativa, y fracturas por estrés. Como con la tomografía PET, un isótopo radioactivo, que se une a sustancias químicas que fluyen al cerebro, se inyecta en el cuerpo por vía intravenosa. Las áreas de flujo sanguíneo aumentado recolectarán más isótopo. Mientras el paciente yace sobre una mesa, una cámara gama gira alrededor de la cabeza y registra por dónde ha viajado el radioisótopo. Esa información se convierte por computadora en tajadas transversales que se apilan para producir una imagen tridimensional detallada del flujo sanguíneo y de la actividad cerebral.